Lo que va, vuelve
En octubre del año pasado el periódico La Vanguardia publicaba la entrevista con un exiliado ruso. En nuestra réplica  avisamos sobre el peligro de llamamientos  de aquel “patriota” a que Rusia y su población fuesen sometidos a las más duras sanciones posibles. Expusimos nuestra opinión sobre las posibles consecuencias de dichas sanciones. Avisamos del posible clima de enemistad y rusofobia que se crearía en Europa, de la división en la diáspora rusoparlante.

Y en lo que se refiere a lo económico las sanciones afectarían tanto a los rusos en Rusia como a los que residen fuera de Rusia.
El tiempo nos ha dado la razón. Desafortunadamente. Los rusos en España vieron cómo se bloqueaban sus cuentas, como se atacaban sus negocios, como sufrían bulling sus hijos en los centros educativos. Y aparecen las voces que proponen dividir a los rusos en buenos y malos, “correctos” e “incorrectos” y así a unos tratarlos con respeto de sus derechos y a los otros “castigar”. La memoria histórica… En España hasta hay una ley de la Memoria histórica. No recuerdan ustedes la época de la dictadura de Franco cuando  obligaban a la gente a repudiar a sus padres, a sus hijos, a sus colegas para poder seguir viviendo, para poder prosperar. ¿??A lo mismo llegamos 80 años después????
La  rusofobia  no  es  sólo  odio  a  los  rusos, no es sólo intentar enfrentar a unos
rusos contra otros. Es el odio y rechazo a todo lo ruso: a la música rusa, a la literatura rusa, al deporte ruso, a la ciencia rusa. Y hasta … a la ensaladilla rusa. Y el odio sí  que no lleva a ninguna parte.

El motivo de esta carta-réplica no es otro que intentar concienciar a la sociedad española de que cualquier conflicto tiene su origen y su porqué. Pero nunca se debe enfrentar a la gente que tanto comparte: valores, raíces, cultura, lengua.

No perdamos lo más importante que tenemos para ser personas, nuestra HUMANIDAD.

Автор статьи
О.В.Шувалова
Почётный Председатель правления СОРС Испании